Para no olvidar, un año después...


Orfanato Love a Child, Fond Parisien
Haití 2010

"Porque sigue ahí"

"Porque está ahí"
George Mallory
*fue de los primeros montañistas en tratar de conquistar el Everest, y la frase su respuesta a por qué quería escalar la montaña.

Una vez escribí un artículo para Rincones De Mi País tratando el tema del ascenso y conquista del Pico Duarte, de una manera más personal y motivadora, lo dejo junto al título de esta entrada, la cual sería mi respuesta habitual al por qué regresar. Me parece que el escrito se explica por si solo:

Conquistar el Pico Duarte
Por: Saúl Santana Taveras

De pequeño siempre he quedado extasiado ante los paisajes montañosos, disfrutaba de ellos solo a través de la ventana del vehículo cada vez que iba de viaje con mi familia hacia el interior del país. Las montañas que acompañaban la carretera constantemente llamaron mi atención, sobre todo las de la Cordillera Central las cuales fueron las que más tuve oportunidad de contemplar en los paseos familiares.

De manera constante me hacia la pregunta de cómo sería el caminar entre ellas, verme en esos senderos intramontañosos rodeado de árboles, con nada más que el camino hacia la cima. Esa pregunta se mantuvo latente por mucho tiempo en mí, con esa mezcla de curiosidad y emoción por experimentar lo desconocido, hasta que por fin, se me presentó la oportunidad de realizar un viaje hacia la misma Cordillera Central y conocer personalmente la elevación montañosa más alta de todo el Caribe, el Pico Duarte.

Parte de los parques nacionales J. Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez, el Pico Duarte es un asenso obligatorio para todo excursionista en busca de aventuras y todo aquel amante de la naturaleza. Recorrer los senderos que llevan hacia la cima son una de las experiencias más integradoras que se pueden tener con el medio ambiente y hasta en lo personal, y es que en las distintas rutas que se pueden tomar para alcanzar el pico, se experimenta un cambio, una especie de expansión mental y el contacto con lo natural que se hallaba perdido entre el ajetreo de una vida rutinaria y recluida entre paredes de concreto renace en nosotros, dejando todo problema de la bulliciosa urbe detrás. Nuestros sentidos se intensifican, se ven exaltados ante los maravillosos paisajes, paisajes de magníficos ríos, ríos que emergen de las propias montañas y cuyos nacimientos alimentan a las principales corrientes de aguas del país, todo esto acompañado por el hermoso canto de nuestras aves silvestres.

Con una altura de 3,087 m.s.n.m. el bien llamado “Techo del Caribe” presenta un desafío para todo aquel no ha tenido la experiencia física del asenso a una montaña, desafío que vale la pena, por mucho, atreverse a conquistar. La persona promedio puede realizar el asenso sin la ayuda extra de los animales de monta, de hecho la dura caminata es bien recompensada por la grandiosa experiencia vivida y resulta mucho más gratificante cuando se logra hacer el recorrido completo a pie. En los distintos trayectos se pueden apreciar nuestros pinos criollos, árboles endémicos de la isla , los cuales son los grandes protagonistas de los bosques húmedos que cubren estas montañas, bajo el cobijo de su sombra se proyectan los caminos, los cuales siguen su curso serpenteando entre las montañas y guiando hacia la próxima loma a subir, haciendo de cada cima conquistada una pequeña victoria que va sumando regocijo al viaje hasta que se llega a la gran meta final, el Pico Duarte, el mismo descansa en el Valle de Lilís, valle que junto sus pajones de montaña dan la bienvenida a todo excursionista visitante, anunciándoles la última etapa del asenso, sin importar la ruta que se tome hay que llegar hasta aquí.

Desde el Valle de Lilís solo restan 1.2 km para alcanzar la anhelada cima, de ahí en adelante comienza el tramo que para muchos es el que menos tiempo se toma en subir. Al comenzar este asenso las ansias y emociones se multiplican, creciendo a medida que nos acercamos. En este 1.2 km el excursionista generalmente experimenta un recuento interno de todo el viaje realizado acompañado por ese entusiasmo de finalmente llegar a la cumbre. Con cada paso el paisaje se torna más rocoso, señal de que se está más cerca, los pinos que nos han acompañados durante todo el trayecto abren paso ante los grandes macizos rocosos que germinan de la tierra junto a los fieles árboles. En la cima lo primero que nos recibe es el letrero: Bienvenidos al Pico Duarte; un poco más arriba nos espera el patricio que con sus ojos seguros y serenos nos da la recompensa, que cual corona de laurel nos llena de regocijo y satisfacción ante el reto alcanzado, todo bajo los tonos tricolor de la hermosa bandera que ondea orgullosa desde su asta más alta.

Conquistar la cima y estar ahí, contemplar desde lo más alto la belleza de lo creado, contemplar y dar gracias. Sentirse dueño del mundo ante el paisaje desplegado bajo nuestros pies, admirar esa sublime belleza y reconocer que cada gota de sudor derramada ha valido la pena. Allá arriba se respira y en cada inhalación llenamos nuestro corazón de un regocijo cubierto de orgullo y es entonces cuando comenzamos a renovar las fuerzas, renovamos las fuerzas de ese día, las del viaje, renovamos las fuerzas de todo el año… Ahí dejamos nuestra pesada carga, cambiamos la mochila por una más ligera y más fácil de llevar, esta viene cargada de sueños, hermosas imágenes, historias para contar y nuevas amistades. Del Pico Duarte bajamos y ya no volvemos a ser iguales, la renovadora experiencia se hace parte de nosotros. Los colores, el frescor y los sonidos de la montaña se quedan con nosotros para siempre.


Fe:

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve."
Hebreos 11:1

Calentamiento Global


http://www.blogactionday.org/

El hombre y su montaña

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Cézanne tenía a Sainte-Victoire,
Saúl el Pico Duarte...


Montaña Sainte-Victorie vista desde la cantera de Bibémus


Cara norte del Pico Duarte (agrandar)


"La luz no es otra cosa que pueda reproducirse, sino algo que puede representarse con colores."

P. Cézanne

Y no olvidemos Bahía de Las Águilas

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El Día Internacional de Limpieza de Costas es un evento creado y promovido por la fundación The Ocean Conservancy, reune cada año en el mes de septiembre miles de voluntarios en más de 100 países, realizándose de forma simultánea en todo el mundo. En la República Dominicana cumplirá su segundo año de participación gracias a la iniciativa de la fundación Vida Azul. Un servidor estará participando en el evento como parte del equipo de Rincones de Mi País, quien tiene la tarea de apadrinar y coordinar el voluntariado para la limpieza de Bahía de Las Águilas, que mejor forma de retribuir a este hermoso y, (en lo personal), mágico lugar.

Cualquier interesado en participar puede llamar a los teléfonos de la fundación Vida Azul para mayor información: (809) 566-7780, (809) 224-9999, o bien, a su correo electrónico: vidaazulorg@gmail.com

el deomalo! :)

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víctima de las Artes Marciales y una mala coordinación cabeza-pie

así estaba hace dos meses, ya sanó :)