Cao en La Pelona (II)

La Pelona 3,085 m.s.n.m.

Estos fueron los eventos de mi última visita a la Cordillera Central (esa que quería volver a ver el Valle de Bao), y lo que me encontré al tomar un descanso en la cima de La Pelona. Al llegar me puse a explorar y examinar más de cerca las estructuras que allí arriba se encuentran, en parte para descansar las piernas de una caminata en inclinación constante, que es subir La Pelona desde su falda . Allá en la cima hay una pequeña caseta y lo que queda de la estructura de lo que fue alguna vez una torre de observación del parque. Que por cierto imagino que serian las estructuras más altas del Caribe, ¿no?

Decido subir a ver que tal la torre de observación, para apreciar esa vista y ver como se ve todo desde allí, en el momento que doy el primer paso en la plataforma se asoma por arriba un Cao (que ya conocen de la entrada anterior), ave familiar en estas alturas, endémica por cierto y amenazada, es familia de los cuervos, pero de menor tamaño. Y comienzan los graznidos, me extrañó un poco el hecho de que no intentara alejarse en la medida que subía, solo se quedaba ahí vociferando y valla que no se callaba. Seguía subiendo y el nada de alejarse, ni de callarse, la voz era tan fuerte que estoy seguro de que se escuchaba en el valle más abajo. Se movía de un lado a otro volaba alejándose un poco para luego volver y seguir con las vocalizaciones. Por momentos pensé que se abalanzaría sobre mi cabeza, por su actitud tan persistente.


Cuando por fin subo a la base de la torre, me doy cuenta el por que de tanto alboroto, muy grata la sorpresa que me llevé al confirmar mis sospechas. Todo el escándalo no era más que una madre protegiendo a su futura progenie, se trataba de un nido con 4 huevos de futuros "Caitos". Me alegré bastante y hasta honrado me sentí al poder contemplar un nido con huevos de una especie que actualmente está bajo amenaza, fue como si encontrara oro, puede parecer ilógico y hasta considerase para algunos un absurdo que un simple nido hecho de forraje y palitos cause tanta emoción en un ser humano, pues yo no me aguantaba la emoción, nunca pensé, nunca pensé... :)

Al final la angustiada madre me miraba como diciendo:

-Ya tienes lo que querías ya vete y deja mi nido!

A mi consideración un verdadero tesoro en las alturas.

7 comentarios:

Josseiris Cuevas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Que belleza de lugar, impresionante la foto del ave defendiendo ante el invasor a su futura prole.

Me gusto la foto de la cabaña antigua, es tan sencilla pero tan bella.

Que paisaje más precioso, esos huevos ya deben de ser polluelos.
Saludos

Jose A. Uribe dijo...

Que buena crónica. Comparto contigo la emoción del hallazgo, pues me hubiera gustado estar allí.

La foto de la cabaña primera está muy buena. Tambien se puede ver el tamaño de la estructura de observacion al fondo de la misma.

Ojala nadie perturbe el nido y deje que venga una nueva generacion de caítos.

Saludos

Dra. Bennet dijo...

Disfrutar de la emoción de los pequeños detalles es una forma muy facil de alcanzar la felicidad, aun mejor si esos momentos son capturados en fotografias!!

Saludos...

Pedro Genaro dijo...

saul, te felicito sinceramente por esta crónica. Te lo digo con emoción y un poco de envidia, jajaja!!!

Joel M dijo...

Que bello es mi pais natal y que pena que no este para disfrutarlo. Gracias por enseniarme un chin de la belleza de nuestra isla.

Gaviota dijo...

Waoo magristral....que cute!!